Las alergias son un conjunto de enfermedades inflamatorias crónicas que afectan hasta al 40% de la población, siendo uno de los grupos de enfermedades más comunes.
El término inflamatorio se refiere a la respuesta del cuerpo a algo externo y genera una respuesta de defensa interna, tratando de eliminar esta sustancia, que termina en lo que conocemos como inflamación (aumento de volumen, coloración rojiza, aumento de temperatura o calor, dolor).
Si bien la inflamación es un mecanismo de defensa de nuestro cuerpo, lo característico de las alergias es que el cuerpo responde de manera exagerada a algo que no debería de reaccionar, como al polen de algunos árboles o pastos, los ácaros del polvo, el pelo de algunos animales, algunos alimentos o medicamentos, etc. A toda sustancia que causa este tipo de reacciones se le conoce como alérgeno y la respuesta se repite cada vez que nos exponemos de nuevo a estas sustancias.
El término crónico hace referencia al tiempo en el cual una enfermedad se desarrolla, en este caso puede tratarse de un tiempo prolongado e incluso permanente. Es importante recordar que hay tratamientos que controlan los síntomas, pero no cambian la respuesta del cuerpo a los alérgenos y existen tratamientos que ayudan a reentrenar a nuestras defensas para que ya no respondan de la misma manera a estas sustancias.
Dentro de las diferentes alergias tenemos la conjuntivitis alérgica, la rinitis alérgica y el asma; las gastrointestinales, como la alergia a la proteína de leche de vaca y a otros alimentos; las cutáneas como la urticaria o la dermatitis atópica y las que son sistémicas y ponen en riesgo la vida como la anafilaxia.
La respuesta inflamatoria es similar en todas las alergias, las diferencias entre ellas dependen de la mucosa afectada y la gravedad de la respuesta. De estos factores depende el tratamiento para el control de cada una de ellas, que va dirigido a la molestia principal y puede ir desde antihistamínicos, anti-inflamatorios como los corticoides tópicos cutáneos, nasales o inhalados, así como el uso de medicamentos más especializados que bloquean moléculas específicas de la respuesta inflamatoria. Es necesaria la valoración por parte de un especialista en alergia para determinar qué alérgeno causa la respuesta exagerada, qué molestias hay que controlar y ofrecer un tratamiento integral para mejorar la calidad de vida, modificar el pronóstico y evolución de la enfermedad.
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