Es una pregunta muy interesante y bastante frecuente, incluso dentro del personal de salud, porque a veces puede costar trabajo diferenciar entre estas dos enfermedades.
Para empezar, es muy común que de manera inicial diagnostiquen a los pacientes con infecciones recurrentes y se les trate con antibióticos y antiinflamatorios de manera rutinaria, con lo que puede haber mejoría, pero al terminarlo, las molestias regresan. Por eso, ante la presencia de síntomas constantes, que afectan nuestras actividades diarias y que no mejoran con el tratamiento, se requiere una evaluación más especializada.
Ante la sospecha de infecciones recurrentes, se debe pensar que existe alguna falla de nuestro sistema de defensas ya sea que no nos proteja contra los microorganismos que nos atacan y generan infección, como en las inmunodeficiencias; o bien, que esté alterado y responda de una manera exagerada a partículas del ambiente, como en las alergias.
Algunos puntos que se pueden tomar en cuenta para diferenciar entre infección y alergia son:
En resumen, molestias que no mejoren completamente con tratamiento, que se repitan ante la exposición a algo del ambiente (polen, polvo, alimentos o medicamentos), y en ausencia de fiebre y/o malestar general, requieren un seguimiento especializado.
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